Sala de 4 – Día #5

Actividades con la Seño

  • Creada

    03/26/2020

  • Actualizada

    03/31/2020

Actividad N ° 1. El baile del cuerpo

Seguimos trabajando y jugando desde casa.
Hoy comenzamos con la fábula de Esopo.

La Liebre y la Tortuga

En el pueblo de los animales parlanchines vivía una liebre con unas orejas muy grandes. La liebre era muy veloz y, por eso, le gustaba presumir delante de todos los animales por ser la más rápida corriendo. Además, la liebre siempre se reía de la tortuga, de sus patas cortas y de su lento caminar. Todos los días, al ver pasar a la tortuga, la liebre le decía: -¡Buenos días, señora tortuga! ¿A dónde va usted tan lenta? ¡Ja, ja, ja!
La tortuga, que era muy buena, no se enojaba nunca, porque quería llevarse bien con todos sus vecinos.
Una mañana la tortuga tuvo una idea y le dijo a la liebre: -¡Buenos días señora liebre! Todos los días la oigo decir lo mismo, pero ¿se atreve a correr conmigo para ver cuál de las dos llega antes a la meta? La liebre, al oír esto, casi se muere de la risa, pensando que le ganaría fácilmente pero, como tenía ganas de divertirse un rato, aceptó.
Como juez de la carrera eligieron a la zorra. Todos los animales del pueblo se reunieron para verlos correr: el mono, el hipopótamo, el oso, el búho, el loro y hasta el pájaro carpintero acudió a la competición.
La señora zorra dio la señal de salida: -¡Preparados, listos…ya!- Y la carrera comenzó. La liebre salió corriendo y cuando la tortuga había dado solo dos pasos ella ya se había perdido de vista. La liebre, al ver que se había alejado mucho de la tortuga, se paró a descansar en una roca y se quedó dormida.
Mientras tanto, la tortuga seguía caminando y, aprovechando el sueño de la liebre, la lenta tortuga, pasito a pasito y sin parar, se fue acercando a la línea de meta, hasta conseguir ganar la carrera.
Cuando la liebre se despertó ya estaba atardeciendo, miró hacia atrás y, al no ver a la tortuga, se echó a reír pensando que aún estaría muy lejos. Estiró un poco las piernas y, de un salto llegó a la meta. Pero no le sirvió de nada, porque la tortuga había llegado antes.
Desde entonces, la liebre comprendió que no hay que dejar las cosas sin terminar, que tampoco hay que burlarse de los demás y que, poco a poco y sin parar, las metas se pueden alcanzar.

¿Te gustó la fábula? ¿Qué aprendiste de la liebre y la tortuga?
Contáselo a quien tengas cerca.

Actividad N °2. La carrera de la liebre y la tortuga

¡Manos a la obra! Armamos el tablero.
Dibujá una liebre y una tortuga, coloreálas y recortálas para utilizar como fichas.
Ahora copiá o imprimí el tablero y el dado, si es que no tenés uno en casa.

Luego de hacer tu tablero de 10 casilleros de avance y dos columnas, marcá una línea de largada al inicio y de llegada al final.

Jugamos a la carrera de la liebre y la tortuga

  • Reglas del juego
    2 jugadores
    Tirarán el dado ambos jugadores y el que saque el número más grande elegirá el personaje que quiere ser y comienza el juego tirando primero el dado.
    Tirar el dado, contar y mover cantidad que corresponde.
    El primero que llega a la meta ¡gana!

¡QUE TE DIVIERTAS MUCHO
Y PUEDAS COMPARTIR LA DIVERSIÓN!

Actividad N ° 3. Palabras de Vida

Te comparto el Salmo 4:8

“En paz me acuesto y me duermo
porque sólo tu Señor,
me haces vivir confiado”

Esta noche, antes de ir a dormir, recordá junto a tu familia esta hermosa promesa de Dios.

Otras actividades

¿Tienen dudas?

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